València, 10 de febrero de 2024. Desde VRAIN de la UPV, y con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia el próximo 11 de febrero damos visibilidad a las mujeres ingenieras informáticas que desarrollan su labor investigadora en nuestro instituto y en torno a la Inteligencia Artificial.
Stella M. Heras Barberá es doctora cum laude en Informática por la Universitat Politècnica de València en 2011, con mención Europea y Premio Extraordinario a la tesis doctoral, especializada en inteligencia artificial. Actualmente es profesora titular del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UPV, donde ha impartido docencia desde 2007 en diferentes grados y masters. Tiene un Executive Master in Project Management por la Universitat de València y el título de Especialista Universitario en Pedagogía Universitaria (UPV, 2011).
Desde 2005 pertenece al grupo GTI-IA de VRAIN. Ha participado en 22 proyectos de investigación en el ámbito de la IA. Su investigación se centra en las áreas de la argumentación computacional, tecnologías persuasivas y sistemas de recomendación, y su aplicación en la educación online, la detección de desinformación y sesgos en discurso argumentativo y la ayuda a la toma de decisiones en el área de la salud.
Participa regularmente como miembro del comité de organización y programa en conferencias internacionales, como revisora de revistas de alto impacto y como revisora externa de proyectos para la Comisión Europea desde 2018. Además en 2014 recibió el Premio Valencia IDEA 2014 por su proyecto de transferencia tecnológica, receteame.com, una aplicación basada en IA para la recomendación de recetas a personas con restricciones alimentarias.
¿Cuál es tu trabajo en VRAIN?
Participo en la redacción y solicitud de proyectos de financiación con entidades públicas y privadas.
Participo en varios proyectos de investigación, principalmente en:
-Ingeniería de valores en sistemas de IA: Herramientas para la toma de decisiones basadas en valores (TED2021-131295B-C32), con el desarrollo de técnicas basadas en IA para llegar a acuerdos entre diferentes sistemas de valores humanos.
-Reciclaje inteligente y cooperativo en toda la cadena de valor orientado a una sociedad sostenible 360º (INNEST/2022/180), con propuesta de técnicas persuasivas basadas en IA para el análisis y la mejora de los hábitos de reciclaje doméstico.
¿Qué te motivó a elegir una carrera STEM?
Cuando era pequeña en el colegio en Castellón teníamos un aula de ordenadores donde impartían clases de Basic y Pascal. Ese fue mi primer contacto con la informática. En aquella época empezaron a aparecer las primeras consolas de videojuegos y se empezó a popularizar la “Informática” y la “Inteligencia Artificial” a partir de películas como “Blade Runner”, “Tron”, “Hackers” o “Terminator”.
En aquel entonces y sin saber muy bien en qué consistía, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, contestaba que quería trabajar en “Inteligencia Artificial”. Luego, a mitad de los 90, cuando tenía que decidir carrera universitaria, el uso del ordenador personal y los móviles empezaban a estar al alcance doméstico en España, y la entonces Escuela Oficial de Ingeniería Informática ofrecía el título de “Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas”. Mi familia me animó a probar y me apoyó, así que decidí trasladarme a València y empezar la carrera.
¿Tuviste algún referente femenino en tu infancia para decantarte por tu carrera?
No. A mediados de los 90 no era una profesión muy popular entre las mujeres. Me interesaba la ciencia, pero no se me daba bien el pensamiento abstracto, era muy pragmática. La psicóloga de mi colegio me recomendó que probase con la informática y me decidí.
Los primeros años de estudio de informática fueron especialmente duros. En mi promoción apenas entramos 10 chicas y la mayoría de nuestros profesores eran hombres. Todavía se tenía el prejuicio bien arraigado de que las chicas no eran buenas informáticas y se podía palpar en las aulas. En las clases prácticas, cuando había que hacer grupos, algunos compañeros no querían juntarse con nosotras e incluso algunos profesores tenían una actitud condescendiente hacia sus alumnas.
Sin embargo, y conforme avanzaba la carrera, iban apareciendo más profesoras, todas ellas muy jóvenes. Me influyó también mucho el personaje de Ada Byron, pero no tenía referentes cercanos en el mundo de la IA.
¿Cuáles han sido los principales desafíos como investigadora en el mundo de la IA a lo largo de tu carrera?
Al principio de mi carrera, seguía habiendo muy pocas mujeres trabajando en IA, por lo que seguíamos sufriendo los estereotipos del mundo de la informática. Mi primer contrato como investigadora fue en el grupo PRHLT, al volver de mi año de erasmus en Trondheim, Noruega. Estuve a punto de rechazarlo y volver a Noruega, pero el mundo de la ciencia me atraía mucho y vi la oportunidad de hacer el doctorado. Poco después pude incorporarme al grupo GTI-IA, actualmente en VRAIN, al que sigo perteneciendo. Me llamó la atención la cantidad de mujeres que trabajaban en el grupo. La primera vez que me senté en el despacho de Vicent Botti, planteándome si seguir en el mundo de la informática, me dijo: “No tienes por qué elegirnos. Puedes elegir lo que quieras, pero que sea lo que realmente quieres, porque es lo que harás cada día”.
A nivel cotidiano, la conciliación familiar sigue siendo un importante reto para muchas de nosotras.
¿Faltan referentes femeninos en el mundo STEM y sobre todo de la IA?
Ahora ya tenemos referentes femeninos en el campo de la IA, pero si buscas el término “Inteligencia Artificial” en Google Scholar, no aparecen investigadoras hasta la segunda página y la mayoría siguen siendo hombres. Si buscas “Argumentation” solo aparece una y es del área de las ciencias de la educación, no de la computación, y si buscas otros con más fama actualmente, como “Deep learning” o “LLM” es todavía más llamativa la falta de perfiles femeninos.
¿Crees que es importante el papel de la mujer en la ciencia y en la IA?
Sí, totalmente. Recuerdo que en mis primeros años como investigadora había un cartel en uno de nuestros laboratorios que anunciaba el programa de financiación de la EC de las becas “Marie Curie” para jóvenes investigadores. Decía: “make things that matter”. Esa frase la tengo muy presente.
A nivel más general, creo que en cualquier contexto, un buen balance en todo tipo de perfiles, un equipo diverso, igualitario e inclusivo es una herramienta clave para conseguir el éxito y la felicidad. He tenido la suerte de poder trabajar en el GTI-IA, que creo que es un buen ejemplo de este tipo de equipos.
¿Por qué crees que todavía existen pocas mujeres en las carreras científicas, técnicas y tecnológicas? ¿Cómo podría solucionarse?
Observo cierto retroceso. Cuando yo empecé, no teníamos referentes pero las mujeres veníamos pisando fuerte, alentadas por nuestras predecesoras de los años 60/70, que lideraron luchas por la igualdad y reivindicaron el papel de la mujer en el mundo laboral. Ahora sin embargo vuelvo a ver en bachillerato y primeros años de grado como se repiten estereotipos que creía superados y no entiendo muy bien qué es lo que está ocurriendo.
Veo a mujeres brillantes en mis aulas con un complejo del impostor tremendo. No saben que son excepcionales. No se lo creen. Se lo digo siempre que tengo la ocasión e intento ayudarlas a encontrar la información que necesitan. Tener información y referentes con los que te identificas es determinante.
¿Qué le dirías a una niña que todavía no sabe qué estudiar?
Que se informe y que se informe bien de muchas fuentes diferentes y contrastadas. Que dude de todo y lo compruebe todo por sí misma. La información es el mayor poder que puede tener. Hoy en día hay muchas fuentes de información públicas y eventos para tener primeros contactos con las profesiones, por ejemplo las jornadas abiertas de la UPV, los eventos del American Space, los eventos del Museo de la Informática en la ETSINF, por citar algunos cercanos… pero hay que hacer el esfuerzo de buscar y preguntar.
¿Cómo es en general el papel de las mujeres en la ciencia y tecnología a nivel nacional? ¿Es diferente al de otros países?
Aquí en España todavía dependemos mucho de la financiación pública y de los procesos lentos de la burocracia. Si queremos atraer financiación y talento, es básica una buena formación y gestión de la investigación. Es una asignatura pendiente en nuestro país, donde los procesos de acceso al sistema de ciencia, tecnología, financiación y gestión de proyectos de I+D son todavía muy poco flexibles y nada ágiles. Lo mismo ocurre con los sistemas de acreditación que miden tu labor investigadora en números que no siempre reflejan la realidad ni la utilidad de las investigaciones.
¿Volverías a apostar por la IA en tu carrera?
Sí, aunque necesitaría otra vida para estudiar medicina, hacer el doctorado y explorar mejor las sinergias entre ambos mundos. Me encantaría ser doctora (en medicina). Al acabar la carrera no me gustaba la idea de dedicarme a la consultoría o a la programación de aplicaciones, que era entonces lo más demandado. Ser doctora en IA es lo más cercano que se me ocurrió al mundo de la salud…y acerté.